#176 CAMP SURVIVAL #3



Una vez en los patios traseros miramos hacia la ladera que nos rodea, por lo visto el campamento está situado en un terreno plano excavado en mitad de la montaña. El aire es limpio y los sonidos de animales son bastante cercanos. Oscar hace una seña con la cabeza hacia un caminito de tierra que sube por la montaña. Es algo estrecho, resbala un poco, pero no es algo imposible de subir.

Tras un rato en silencio es él quien rompe el silencio. Me sobresalto un poco pues no estoy atenta, sigo pensando en lo lejos que estoy de casa y en lo mucho que voy a extrañar una cama dónde dormir.

-¿Y quién te ató las manos para que vinieses? -desvío mi mirada de un árbol infestado de musgo para encontrarme con su mirada, me irrita que siempre sea tan burlona, pero a la vez me simpatiza. No se

-Mis padres me dieron la gran noticia antes de ayer -con mi respuesta él hace un gesto de batear y luego uno de dolor, como si se hubiese dado a sí mismo.

-Eso sí que es un golpe bajo -se está compadeciendo de mí, lo sé, me encojo de hombros admitiendo mi derrota ante mis padres, al fin y al cabo ya estoy aquí, ya no merece la pena seguir quejándome. Le hago la misma pregunta.

-Lo cierto es que lo decidí yo sólo, estaba hasta los mismísimos de no tener un respiro y me apunté a espaldas de mis padres. No lo supieron hasta ayer, y se enfadaron muchísimo, pero me da igual. -alzo las cejas ante su sinceridad completa. Él me mira de reojo y pasa a mi lado para avanzar algo más rápido en el caminito. A decir verdad el bosque es agradable. Amplio, silencioso (dentro de lo que cabe) y alejado de miradas indiscretas.

Cruzamos el camino por una parte de la ladera que crece salvaje pero firme, Me detengo al oír algo extraño. Tomo a Oscar por la chaqueta para detenerle también y cuando me mira alzo mi dedo en signo de silencio. Escuchamos atentamente y avanzamos un poco más hasta que encontramos la fuente del sonido.

Hay un zorro tirado en el bosque, debajo de un arbusto. Está herido o algo así y cuando nos acercamos intenta huír sin poder. Oscar actúa con calma y se agacha, indicándome que haga lo mismo para no asustar más al animal. Avanza lentamente y aparta el arbusto sin tocarlo, pero muy cerca, lo examina. Cuando me acerco no puedo evitar mirar como hipnotizada la escena.

-Está achicharrado. Probablemente se ha electrocutado con las vallas del límite. -el zorro gime e intenta mover las patas a medio despellejar, tiene medio cuerpo quemado y en algunas partes la piel al vivo. Ya se han formado algunas ampollas en uno de sus costados y su hocico no deja de chorrear sangre.- Debe de haber sido una descarga muy fuerte, no creo que sobreviva...

Me mira con preocupación, asiento con la cabeza para indicar que no estoy tan mal como parece, aunque sé que se me han ido los colores y estoy empezando a marearme. Recorro con la mirada el cuerpo del animal y descubro que tiene mordiscos y tiras de piel en los cuartos traseros. Se lo han estado comiendo aún vivo... No puedo aguantar más y vomito en otro árbol. Siento la mano de Oscar en mi espalda, calmándome.

-Mátalo, si está así y no va a sobrevivir es mejor que no sufra más -mi voz sale en un hilo ahogado, y escupo un poco para quitarme el sabor amargo de la boca y procuro evitar mirar de nuevo al zorro que aún gime dolorido, agonizando. Oscar se me queda mirando unos momentos para comprobar si estoy bien y vuelvo la mirada hacia lo alto de la ladera para que me deje tranquila.- Sólo hazlo, por favor...

No oigo una respuesta, pero le oigo moverse entre los arbustos para buscar algo con lo que cumplir mi petición, sabe que tengo razón y supongo que también prefiere matar al animal y guardarse los comentarios al respecto. Me anuncia que ha encontrado una piedra bastante grande, que me avisará cuando esté hecho. Se me vuelve a revolver el estómago pero ya no tengo nada que expulsar. Avanzo un poco hacia arriba de la montaña y entonces oigo un leve zumbido. El corazón me da un vuelco cuando escucho un seco "toph" y un aullido ahogado del animal, y de nuevo, y luego silencio. Oigo como Oscar arrastra al animal a otro lugar, supongo que para que no lo vea cuando volvamos y me alcanza, tocándome el hombro con la cabeza.

-Tengo las manos algo manchadas de sangre, no te voy a desgraciar la camiseta... -su rostro está serio, busca un árbol con musgo y se limpia un poco. Le menciono el zumbido que he escuchado y me mira- Debemos estar cerca del vallado eléctrico.

Subimos algo más para averiguar hasta dónde llega el límite y el zumbido crece mucho hasta que logramos ver la alambrada. Nos miramos unos instantes y luego decido lanzar una rama para comprobar la carga. Ésta se queda una milésima de segundo en la alambrada antes de volar más allá de nuestras cabezas completamente quemada. Voy a buscarla y veo las marcas negras allí donde la valla hizo contacto. Oscar mira su reloj, ya es hora de volver.

---

Adriana al vernos tan pálidos y a él manchado de sangre corre a comprobar que estemos bien, parece muy histérica pero aún así no la veo tan asustada como podría estarlo una monitora al ver a sus "niños" en ese estado el primer día. Tras algunas preguntas y nuestra explicación reducida de los hechos (un zorro muy mal herido) nos deja pasar al baño para limpiarnos (yo tengo que cambiarme al descubrir una mancha de vómito en mis pantalones) y luego nos dice que debemos ir al comedor de nuevo para la cena.

Al igual que nosotros, algunos ya se han montado pequeños grupitos de gente, no más de tres personas, pero al fin y al cabo se sientan entre ellos para seguir sus conversaciones. Hay dos mesas largas a lado y lado del comedor debido a que tenemos que dormir en el centro de éste, y los chicos y chicas se van sentando aleatoriamente a éstas llevando sus bandejas de comida. Esta noche sopa de fideos y bistec con patatas fritas. No está mal.

Como es de esperar aunque nos sentemos juntos estamos ricamente acompañados. A mi lado se sientan un chico y una chica que al parecer son primos, aunque realmente no parecen muy cómodos de verse entre ellos. La chica, que está justo a mi lado, me cuenta por lo bajo que sus madres se habían peleado hacía algunos años y que por culpa de eso no se han visto en muchísimo tiempo ni han tenido contacto, así que estar ahora en el mismo lugar es algo bizarro. Se llama Emily, lleva gafas y tiene los ojos y el cabello castaños, deduzco que es algo más alta que yo pero no lo sabré hasta que nos levantemos, lo cierto es que es simpática a su modo aunque no deja de hablar. Su primo se llama Damien y no es muy diferente a ella, lleva el cabello de punta y tiene los rasgos más afilados que ella.

Igual que a mi me mantienen ocupada en la conversación ellos dos a Oscar lo mantiene ocupado un chico de ascendencia africana que aunque no es de piel oscura, es bastante moreno. Lleva el pelo acomodado en sendas rastas que se recoge en una coleta, y a pesar de su tez y pelo morenos sus ojos tienen un lindo color parduzco. Jennian, se llama. Es un nombre curioso, muy curioso. La velada no transcurre tan mal como pensábamos.

Durante el pase de películas (chorradas de serie b con evidente poco presupuesto y mucha sangre falsa) siento como Oscar me tira del brazo. Nos apartamos un poco y entonces saca de nuevo el tema del zorro y la alambrada eléctrica. Al final sólo podemos llegar a una conclusión que, esperamos, sea precipitada.

La valla no es para evitar que los animales salvajes entren, si no para que nosotros no logremos salir.

4 comentarios:

  1. como pase algo parecido a viernes 13, la primera de todas...

    ResponderEliminar
  2. La historia es interesante, me encanta!!!
    Ya lei los capitulos anteriores y la ultima frase de este: "La valla no es para evitar que los animales salvajes entren, si no para que nosotros no logremos salir."... OwO
    Ya ansio ver el siguiente capitulo!!!

    ResponderEliminar
  3. Por cierto, yo, la emperetriz de Narnia, te he dejado unos premios en mi blog: http://elblogdestellag.blogspot.com/2013/03/1-premio-2-premios-3-premios-4-premios.html
    ...Volvi a comentar por que soy ruda... Y ya :D

    ResponderEliminar