#170 CAMP SURVIVAL #2



Hay que responder a las cosas más raras que pueda haber imaginado un psicólogo. Las primeras dos páginas contienen preguntas con respuestas de A, B, C y hay cosas tan enrevesadas como "Si uno de tus compañeros de cabaña estuviese a solas contigo y de repente fuera a despeñarse por un acantilado ¿Qué haces? A. Le sujetas y gritas por ayuda B. Le dejas caer y si sobrevive de milagro corres a buscar ayuda. C. Le dices que aguante todo lo que pueda y vas por alguien que te ayude a subirlo" y más cosas espeluznantes. Después te ponen algunas otras situaciones, pero en este caso tienes que responder libremente a cosas como "Es el último trozo de tarta de tu mesa, lo quieres pero otro de tus compañeros lo toma sin preguntar a nadie y se lo come ¿Qué haces?" son cosas demasiado estúpidas y se me hace pesado no responder con sarcasmo "Clavarle un cuchillo en la mano por maleducado" en su lugar pongo cosas como "Respiro hondo y le digo que yo también quería ese trozo de tarta".

Nos obligan a hacer el dibujo de un niño bajo la lluvia y después contar una historia de diez líneas sobre eso, no sé que clase de test es ese pero lo hago de todos modos, aunque sólo se dibujar con palitos y mi dibujo acaba pareciendo una cucaracha bañada en ácido. Cuento la historia de un niño que sale de casa sin paraguas y al final se acaba resfriando. Tras eso tengo que describirme, es algo difícil y ni siquiera sé decir si soy todo lo amable que puedo o simplemente guardo mis ganas de ahorcar a la gente estúpida que suele rodearme. Finalmente llega lo más estúpido del test. Cuatro páginas con palabras que tenemos que puntuar del uno al cinco, en plan notas. Palabras como "Pez" o "Colores" y la más tonta de todas "Epilepsia" no tengo ni idea de para qué sirve puntuar con un dos la palabra epilepsia, es algo bastante escalofriante.

Una vez termino con el extraño test observo a mi alrededor. Hay algunos que se han quedado dormidos y un puñado más de ellos está hojeándolo o rellenándolo. A pesar de las preguntas tontas y demás cosas que supongo que sólo un psicólogo puede entender al menos me ha servido para pasar la primera hora sin pensar en otra cosa. Saco mi bolsa de mano de debajo del asiento al tiempo que lo reclino un poco hacia atrás, sacando mi mp3 y colocándome los auriculares. El chico a mi lado me está dando la espalda con su asiento echado completamente hacia atrás y no se si duerme, está tan tranquilo que parece que ni siquiera respira.

Me acomodo mientras retumba en mi cabeza una canción de los Rolling Stones. Por alguna razón la música de mis padres ha calado hondo en mi repertorio desde que tengo memoria, no por nada se dice que el rock alcanzó su auge en esos tiempos y están completamente en lo cierto a mi parecer. Adriana se pasea en el pasillo central revisando que todos estemos bien. Cuando pasa a mi lado me hago la dormida, pero aún así siento un leve estremecimiento cuando sus ojos se clavan en mi rostro. No abro los párpados hasta que deduzco que vuelve a estar en su sitio. Me incorporo un poco y me sobresalta un susurro áspero.

-Esa mujer da repelús ¿no crees? -el chico de mi lado está despierto y me mira con una risa en los labios. Tiene un lado de la cabeza rapado, el resto de su cabello rubio cae hacia el otro, y sus ojos azules se clavan en los míos. Le miro con reproche por haberme asustado y me acomodo de nuevo en el asiento mientras me quito un auricular a pesar de escuchar perfectamente, motivos de educación pues.

-Supongo, ¿por qué lo dices? -él sonríe más ampliamente, encogiéndose de hombros y mirando por encima de su hombro para asegurarse de que no nos oye nadie, aunque dudo que alguien quiera hacer caso de dos raritos charlando en el bus.

-Yo solo digo que su mirada es demasiado perturbadora, ¿no crees que la rodea una especie de sombra asesina? haha -mira de refilon mi test cerrado- ¿Ya lo has terminado? Que aplicada eres

-Nos dijeron que teníamos que terminarlo en el camino, ¿tú que has hecho? -él se muestra indiferente y toma sus hojas, mostrándome todo el test en blanco- Deberías ponerte a hacerlo, si no esa mujer que te da repelús se va a poner de los nervios -sonrío levemente y él con desgana toma mi bolígrafo y se pone a hojear el test, respondiendo desordenadamente a lo que se le ocurre mientras yo vuelvo a ponerme mis auriculares, distrayéndome de nuevo.

-Soy Oscar -dice al cabo de un rato, volteo a verle justo cuando cierra el test, dejando entre ver un dibujo hermoso en la parte del niño bajo la lluvia. No puedo verlo bien, pero me impresiona lo poco que puedo descifrar del rostro del chico, empapado y con expresión melancólica.- Cuando quieras puedes decirme tu nombre

-¿Eh? Ah, mi nombre es Andy -no se porqué pero noto mi sonrojo, sacudo levemente la cabeza para quitarme el estupor y logro sonreír justo cuando se detiene el autobús y Adriana se levanta para anunciarnos que hemos llegado a nuestro destino.

-¡Bien chicos! Pasad vuestros test con vuestros nombres escritos hacia delante y tomad vuestras cosas, bajaremos en una fila ordenada y esperarán a nuevas instrucciones una vez hayan recibido sus maletas.

Hacemos lo que nos dicen, escribo a toda prisa mi nombre en mis hojas antes de pasarlo y tomo mi mochila, guardando en ella mis pocas cosas y poniéndome en la fila para salir. La luz me ciega por unos momentos y finalmente logro ver que el autobús nos ha dejado dentro de un recinto vallado. ¿Para qué querrán vallas electrificadas en un campamento de verano? No me da tiempo a pensarlo cuando me llaman para recoger mi maleta.

Nos explican a toda prisa una serie de normas de convivencia, nada fuera de lo normal, un toque de queda, las horas de comer y así, hasta que al final nos dicen que hemos de dejar los móviles, y que no hay internet en todo el lugar, cosa que nos deja a todos con quejas en la boca. ¿Que nos quitan toda forma de comunicarnos con el exterior? Eso es lo más vil que pueden hacerle a una panda de adolescentes necesitados de comunicación con algo más que los monitores. Nos intentan tranquilizar con la excusa de que nos los darán en la noche para las horas de llamada. La verdad es que no odio demasiado separarme por unas horas de mi viejo móvil de oficina, de todos modos nunca me llama nadie y nunca tengo saldo suficiente para llamar yo. Mi madre me puso algo para poder llamarla desde aquí pero dudo que haya cobertura siquiera. Entrego al pequeño ladrillo sin ninguna pena y uno de los monitores lo guarda en una caja junto a los demás.

Ya todo explicado nos llevan a la cabaña comedor donde dormiremos la primera noche. Con la mirada busco a Oscar que al fin y al cabo se ha convertido en mi primer amigo del campamento, si es que puede llamarse así. Él me sonríe y me saluda y entramos todos al edificio bajo. Las mesas están apartadas a un lado para que podamos acomodar nuestras cosas y agruparnos, han puesto una enorme tele en una de las paredes. Adriana entra para explicarnos que por la noche harán un pase de películas, así que solo nos queda esperar a que no sean suficientemente malas.

-Mañana tendréis el número de vuestras cabañas y podréis mudaros a ellas con vuestros grupos. Tenéis hasta las nueve y media para hacer lo que os apetezca en los alrededores, luego venid para acomodar vuestros sacos de dormir y hacer la actividad nocturna después de cenar algo. Las cabañas están cerradas hasta que se hagan los grupos pero hay unos bosques hermosos detrás de los patios.

Genial, algo de tiempo para observar crecer las plantas. No quepo en mí del gozo. Oscar al ver mi expresión suprime una risa y a cambio le devuelvo un codazo. Cuando por fin nos dan la señal de libertad algunos salen por la puerta y otros se quedan por cualquier otra razón. Oscar se levanta, mira alrededor y luego a mí.

-¿Qué? ¿A la dama le apetece socializar? -me extiende una mano para ayudarme a levantar y al ver mi poco entusiasmo comenta- oh, vamos, no es tan terrible, después de conocerme a mí seguro que conocer a alguien más será como conocer a la Reina de Inglaterra

Eso me arranca una sonrisa.

-Mh, mejor vamos a ver esos hermosos bosques, no tengo el mejor aspecto para conocer a ninguna Reina. -Salimos por la puerta para ir algo desorientados hacia los patios que nos han mencionado. Al salir Adriana nos sorprende, con su sonrisa pegada a su cara, como si no supiese hacer otra cosa.

-Recordad, nueve y media aquí, habrá buena cena. -asentimos y nos alejamos de allí con el paso un poco más apurado de lo normal.

3 comentarios:

  1. ohhh.. ME GUSTAN LOS RUBIOS!(?? dnsjkdnskja okno
    Ya quiero el siguiente cap *u*

    ResponderEliminar
  2. jdahjdkdkjandja me encanta *o*. Jum, la gente que siempre sonríe es sospechosa (?, me da la sensación de que en cualquier momento es Adriana saca un hacha o algo por el estilo XD. En fin, me cae re bien el sarcasmo de Andy.
    *el público reclama el cap #3*

    ResponderEliminar
  3. OMG!!! yo sabía que estaba en lo correcto...desde que vi el titulo dije que seria algo como de horror y ahora hay mas razones para eso xD en fin, como siempre me gusta mucho la forma de redactar que tienes...espero con ansias el proximo capitulo xD

    ResponderEliminar